viernes, 12 de octubre de 2012

Mo Yan, extraordinario e intenso: un gran Nobel


Más que merecido el Nobel a Mo Yan. A vuela pluma es justo y gratificante, aunque como ocurrió como Gao Xingjian: si no fuera por su disidencia con el régimen de Pekin seguramente no lo hubiera ganado... A propósito de una de sus obras favoritas, al menos para mí, La vida y la muerte me están desgastando (Kailas Editorial), escribí hace unos años esta breve reseña que comparto ahora. Aquella novela le elegí entre las cinco mejores escritas en 2009. Afortunadamente, será un clásico –afortunadamente, gracias al Nobel, sin duda–, la obra que tan sólo un grande es capaz de concebí. Esto es lo ya dije en 2009:




Mo Yan es el seudónimo de Guan Moye (Gaomi, Shandong, 1955) y significa “no hables” en chino. Su novela Sorgo Rojo fue llevada al cine por el gran director Zhang Yimou. Hoy es el escritor chino más conocido en Occidente, junto con Gao Xingjian (premio Nobel en el año 2000). Su última obra, narra los avatares del terrateniente Ximen Nao, que es ejecutado y se pasa dos años en el infierno antes de ser devuelto a la Tierra por el señor del inframundo, Yama, reencarnado en un burro.

Estamos en 1950. Así arranca una serie de vidas, muertes y transmigraciones -cerdo, buey, perro y mono- que agotan al protagonista pero que nunca le hacen olvidar su esencia humana. En cada una de las reencarnaciones, el terrateniente sufre una injusticia aún mayor, lo que el autor utiliza para criticar el régimen comunista mediante un relato que viaja de la Revolución Cultural a la muerte de Mao, y en el que hay un gran sentido del humor.

Extraordinaria e intensa, sin duda, que incomprensiblemente las librerías han condenado al ostracismo de los anaqueles de “ciencia ficción”. Es mucho más. Es la vida misma. La China de ayer y de hoy. Sobra decir que Mo Yan, autor también de las censuradas “Las baladas del ajo”, reside ahora en Pekín. Lo cual da aún más valor a su literatura.