Antonio Basanta publica una reivindicación del “compromiso ético” de leer en un mundo cambiante
JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | VIDA NUEVA
A Antonio Basanta (Madrid, 1953) le gusta recordar una cita de Franz Kafka: “Leer es siempre una expedición a la verdad”. Y la ha incluido, por supuesto, en Leer contra la nada (Siruela), el brillante opúsculo con el que se rebela –una vez más– contra la vacuidad que amenaza un mundo en transformación, frente a la futilidad de una “educación que está creando no lectores”. La verdad es, como era la lectura para el autor de La metamorfosis, el único medio para remover que encuentra Basanta, quien durante más de dos décadas ha sido director general de la Fundación Germán Sánchez Ruiperez: “Es que me parece vital confrontar esa falla que tenemos. Queridos partidos, queridos ministros, queridas sociedades, plantéenselo en serio: necesitamos una educación que no tenemos. Y si no la transformamos vamos a tener unas consecuencias que yo creo que vamos a lamentar extraordinariamente”. Lo dice –y lo ha escrito también– en las páginas de este libro en el que despliega, sobre todo, su fervorosa pasión por la lectura, que ha defendido durante su larga trayectoria profesional: “Me declaro lector enamorado de las palabras –afirma–. Tal vez porque amar es la condición que más se asemeja al leer, también es, como el amor, pura emoción. Descubrimiento. Diálogo permanente. Mutua entrega”.
Porque leer, declara, también conlleva un “compromiso ético” que reivindica. “Creo que estamos en un momento de cambio de nuestra sociedad, donde más que nunca es necesaria la vindicación de los valores morales, que tengan que ver siempre con un elemento que la lectura pone en marcha: la aproximación al otro y a ti mismo”, manifiesta a Vida Nueva. Aquella frase del templo de Delfos dedicado al dios Apolo –“Conócete a ti mismo”– sigue siendo fundamental para que la sociedad avance en términos de humanización, y la lectura sigue siendo la mejor de sus herramientas. “Y ese ‘Conócete a ti mismo’ tiene un medio fundamental que es a través del otro –sostiene–. Esto significa que nosotros a lo distinto no podemos convertirlo en lo contrario, sino en lo complementario. Esto es fundamental. Y es el mensaje del Cristianismo, que no es otro que la derivación del mensaje del amor”.
La lectura –como el Cristianismo– enseña esa convivencia: “La lectura es un ejercicio de aproximación a ti mismo desde el otro. Te permite vivir experiencias, que probablemente tú nunca vas a poder llevar a cabo en tu vida personal, con la intensidad, la emoción y el rastro que ocurriría en el caso de que la vivieras. Difícilmente vas a ser un náufrago como Robinson Crusoe, pero vas a ser profundamente Robinson Crusoe. Y es en este sentido donde yo apelo a la lectura como una forma de aproximación a lo otro y al otro para el reconocimiento de uno mismo”. Leer, sostiene, es detenerse, surcar, asimilar, observar, escuchar. “Por eso me parece estremecedor y revelador el inicio del Evangelio de Juan: Y el verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Que no solo es la metáfora de Jesús, que lo es, sino de la palabra como elemento nuclear de nuestra vida. Me parece extraordinario, absolutamente revelador. Consecuentemente, la lectura es mucho más que un ejercicio, que una práctica. En el fondo es una manera de ser y de estar en el mundo”.
Leer contra la nada no solo es un himno a la lectura, es también un análisis preciso de los retos que hoy recaen sobre la decisión de cómo leer y la elección –más compleja que nunca– de qué leer. “Lo que creo es que se están abriendo nuevas posibilidades para el ámbito de la lectura. Ni siempre hemos leído igual, ni siempre hemos leído lo mismo. Ahora lo único que se establece es una nueva frontera. Que no va a terminar, yo creo, con lo anterior, sino que va a ampliar el espacio y la panorámica. Ahora, esa frontera hay que conocerla, hay que entrar sin complejos para establecer cuáles son verdaderamente sus reglas y cómo poderla gobernar”. El sector editorial está apostando ––“y así lo debe hacer”, sostiene– por la innovación y la experimentación en el panorama digital. “El reto es cómo podemos nosotros hacer que la información digitalizada y presentada en pantalla provoque en quien la recibe una actitud lectora, que nunca puede ser de pasividad y de puro y simple entretenimiento. Un lector siempre tiene una pregunta abierta, siempre va más allá, siempre hay un plus ultra, por eso los libros no se acaban nunca. Ni las lecturas se acaban nunca”.
La lectura, sostiene Basanta, es la esencia de la educación, de la vida misma “Dicho de otro modo, ¿no nos gustaría una sociedad con ciudadanos atentos, con capacidad de escucha, de observación, con instrumentos de interpretación de esa realidad que les llevara a un ejercicio de comprensión de la misma? Por eso hablo de que de todo lector se saca un elector, no un votante, que son cosas distintas. Los partidos quieren votantes, pero necesitamos electores, gente que tenga criterio personal y analítico que sea capaz de elegir aquella opción que le parezca mejor. Y que además eso transforme la realidad y la convierta en un ejercicio compartido”. De ahí que insista en “que en el sistema educativo no hay que producir una reforma, sino una transformación”. Y que a través de la lectura insista en “los aspectos comunicativos, colaborativos, cooperativos, éticos, creativos” de los alumnos.
El actual vicepresidente de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez habla de su propia experiencia: “No encuentro en mi vida nada más decisivo que leer, ni experiencia más grata que pueda compartir”, afirma. Por ello, manifiesta: “Este es un libro de gratitud. Yo le debo mucho a la lectura y al mundo de la lectura. Dos. Es un libro de reivindicación, de vindicar de nuevo el valor extraordinario que la lectura tiene frente a visiones absolutamente falsarias que la tratan de llevar a un elemento puramente secundario, superficial o, incluso, anacrónico. La lectura es sustancial para poder vivir y para poder construir esa sociedad a la que esperanzadamente, digamos, que yo permanentemente me dirijo. Y tres. Además es un libro de oportunidad. En un momento en el que hay que tomar decisiones importantes y volver a reposicionar las prioridades, creo que es un libro que vuelve a aproximarnos a lo que tienen que ser unas decisiones de carácter ejecutivo”.
Su opinión, surgida de años de trabajo entre lectores y bibliotecas, es, al menos, inquietante: “Todos aquellos países que están en los primeros puestos de PISA son sistemas educativos que han enfatizado el valor de la lectura de abajo a arriba. De verdad creemos que podemos ir a alguna parte con el sistema educativo que hay en España. Salvo que haya una perversidad, intencionalidad, de hacer borregos. Yo siempre me lo pregunto. Si es así hay una perversidad extraordinaria. Y si no es así es que hay una negligencia, una dejadez, una torpeza… El tiempo pasa, y el mal se acrecienta. Y esto hay que atacarlo y atajarlo”.
Jugando a leer en la Biblioteca Nacional
“Impulsar la lectura y estimular el gusto por los libros y la literatura” es el objetivo también de la exposición “Pasa página. Una invitación a la lectura”, que el periodista Jesús Marchamalo ha concebido en la Biblioteca Nacional como una festiva reflexión, cómplice y lúdica, sobre el placer de leer. Organizada por Acción Cultural Española (AC/E), entre el 14 de noviembre y el 25 de febrero, la muestra presta especial atención a los más jóvenes con la intervención del escritor Nando López, “con la voluntad de buscar una conexión emocional y evocadora entre su mundo y el hecho lector”. Libros, fotografías y piezas audiovisuales plantean a los visitantes una inmersión didáctica y divulgativa que quiere recrear “un lugar mágico en el que los distintos caminos de su recorrido nos vayan llevando a ese país imaginario al que conduce la lectura”.
Ver en VIDA NUEVA. Nº 3.059. 18-24/11/2017. Cultura.