jueves, 29 de diciembre de 2011

Balance del 2011 para la cultura: El año del diluvio

El robo del Códice Calixtino, una de las noticias del año
Este es el mi balance del año cultural publicado en la revista VIDA NUEVA, bajo la perspectiva básicamente de las noticias más destacadas de cultura y fe religiosa. El enfoque, en cualquier caso –así lo creo–, es también válido para la cultura sin matices, que ha sufrido en 2011 uno de los retrocesos, al menos desde el punto de vista de la promoción y difusión pública, más acentuados de las últimas décadas. 

La cultura ha sido una de las grandes víctimas de la crisis y de 2011. El colapso de la cultura, entendido como el fin del Estado como mecenas cultural. Tanto que, 20 años después, las prevenciones liberales de Marc Fumaruli sobre El Estado cultural apenas encontrarían argumentos. La encrucijada es más decisiva para las artes minoritarias: las plásticas, el teatro, la danza, la música clásica… y, cómo no, en la protección del patrimonio histórico y los museos.
Por eso, seguir el rastro al 2011 significa dar con una manera de entender el encuentro de cultura y fe que también, evidentemente, se han sumado a ese desconcierto. Un repaso a lo que ha sido este año, examinado desde este encuadre, muestra varios ejemplos de una dinámica que hasta el momento había sido muy positiva, pero que está detenida, como todo aliento cultural: la renovación material y conceptual de los museos diocesanos. Los ejemplos del Museo Diocesano de Barbastro, el Museo de Arte Sacro de Orihuela o el Museo Diocesano de Zaragoza, junto a otros recientemente remodelados como los de Jaca, Mondoñedo o Albarracín, son testimonio de una época que, al menos en los próximos años, no verá nada igual. Sí, en cambio, relecturas expositivas o adaptaciones después de puntuales rehabilitaciones como la que representa el denominado MuMa, el Museo Mariano Virgen de los Desamparados, inaugurado en Valencia. Ejemplo de cómo la relación entre arte, Iglesia y turismo necesita de imaginación, renovación y nuevas maneras de acercarse al público ajustadas al presupuesto.
cartel de Passio
Aunque 2011, en este sentido, ha dejado buena muestra de que el arte sacro sigue atrayendo al gran público –y mucho– con las nuevas ediciones de Las Edades del Hombre, en Castilla y León, y de La Luz de las Imágenes, en la Comunidad Valenciana, dos de los ejemplos de rehabilitación y difusión del arte de la fe más notorios de los últimos años; aunque han tenido obligatoriamente que readaptarse a los nuevos tiempos (y al menor presupuesto) sin la espectacularidad de pasadas ediciones, pero con indudable interés, como lo han mostrado tanto Passio, entre Medina de Rioseco y Medina del Campo, como los Camins d’Art, en Alcoy. La desatención al estado del rico patrimonio histórico es otra amenaza.
El Códice desaparecido
Mayor eco, no obstante, ha tenido la amplia programación del 800º aniversario de la consagración de la Catedral de Santiago de Compostela, aunque el robo el 5 de julio del Códice Calixtino, custodiado en el corazón mismo del archivo catedralicio, amargó la fiesta. Aún no hay ni rastro del mismo. Tan notoria sustracción del valioso manuscrito enfocó la atención pública sobre la seguridad de los bienes artísticos de la Iglesia, cuando debió –y aquí sigue sin haber rastro alguno– centrarse en la falta de recursos para preservar, catalogar y dar a conocer su maravilloso legado archivístico y libresco. [...]



En el nº 2.782 de Vida Nueva. Artículo íntegro solo para suscriptores

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Ante el estreno cinematográfico de "Drive", la gran novela de James Sallis

El gran James Sallis en una foto rescatada de su página web
James Sallis (Arkansas, 1944) fue compañero en los años 70 nada menos que de Michael Moorcock, J.G. Ballard y M. John Harrison en la legendaria revista de ciencia ficción “New Worlds”, género que aún sigue prodigando. Pero Sallis es, además, traductor, cuentista, poeta, historiador del jazz y autor de la biografía “Chester Himes: Una vida”. Ha publicado, entre otras novelas, la serie del detective Lew Griffin. Ahora, con motivo del estreno de la versión cinematográfica de "Drive", dirigida por Nicolas Winding Refn, premio al mejor director en el último festival de Cannes, toca recordar las sensaciones que en su día me produjo la lectura de esa novela breve, contundente y magnífica.

James Sallis, el gran James Sallis. Quizás sobran todas las demás palabras. Un crítico norteamericano lo definió una vez con una frase melodramática: “Puede que sea uno de los mejores escritores de novela negra del que la mayoría de los lectores nunca hayan oído hablar” (Knight Ridder Tribune). Lo era. Ya no. Afortunadamente, James Sallis escapó del silencio para convertirse en uno de los autores de novela negra que más entusiasmo desata entre los lectores. Un clásico vivo.
No sólo por su magnífica serie de Lew Griffin en los bajos fondos, húmedos y violentos, de Nueva Orleans, sino también por novelas como ésta: “Drive”, breve y concisa, pero todo un verdadero monumento de gran literatura. Sí, porque Sallis sabe, como pocos autores contemporáneos, manejar la estructura del relato, acierta con la réplica oportuna en el diálogo más realista e inteligente de cuantos se escriben hoy y sabe dotar a sus novelas de una atmósfera aprensiva, negra y criminal que remite a los grandes nombres del “hardboiled”: Ed McBrian, Donald Westlake y Larry Block, escritores norteamericanos a los que, no en vano, dedica Sallis esta pequeña obra maestra.
Sallis es poético y soberbio, ya lo verán, en crear protagonistas, perdedores deslumbrantes, como este Drive, como aquel Lew Griffin, que consiguen que el lector no tenga más remedio que transformarse en cómplice, aunque sean personajes que transiten por el hampa y el alcohol: violentos, mal encarados y sin esperanza; siempre, en cambio, capaces de reinventarse su propia ternura. Sus protagonistas miden siempre sus fuerzas solos ante el mundo, y como Drive, se atienen a valores, a principios morales –el valor de la amistad, de un pacto, la fidelidad del discípulo–, que únicamente son válidos para seres que aún no han caído en el pozo de la maldad, aunque lo observan muy al borde.
Drive no es detective, sólo conduce, es un profesional, un brillante especialista en conducción —“siempre quieren al mejor”—, que por las mañanas se dedica a hacer de doble para películas en Hollywood, pero que por las noches conduce para criminales y atracadores. Cierta noche es traicionado, estafado y casi asesinado; entonces se transforma en un justiciero tan implacable, brillante y metódico como cuando conduce:
Drive oía la respiración de aquel hombre al otro lado del teléfono.
—¿Y tú quién eres? ¿Una especie de ejército entero, joder?
—Yo conduzco. Nada más. Nada más.
—Sí. Bueno, pues déjame decirte que a mí me parece que, a veces, te extralimitas en tus funciones, no sé si me entiendes.
—Somos profesionales. La gente hace tratos, y tiene que cumplirlos. Así es como funciona, si se quiere que funcione.
Ese es Drive. Ese es Sallis, que en esta novela se asienta en unas cuantas de sus obsesiones, de sus temas preferidos, con su estilo literario y su desbordante causticidad. Sallis es agrio y contundente, a veces dulce como un trío de piano, como el mismo jazz que da fondo a sus novelas. En “Drive” da rienda suelta a unos cuantos de sus temas preferidos: la soledad, el desamparo de la sociedad contemporánea, el alcoholismo, el sistema sanitario de EE UU, la emigración… de todo ello apenas nos damos cuenta pendiente como estamos de que Drive ejecute su milimétrica venganza con la perfección que se espera de un especialista que únicamente aspira a seguir siendo el mejor.

Ryan Gosling protagoniza la versión fílmica
Drive nació a una infancia criminal, con una madre que calla palizas y que un día mata a su marido mientras sirve la mesa ante la imagen estupefacta del hijo. Pero Drive crece rápido, lo observa todo y aprende deprisa: coches, armas, llaves de yudo… Escapa de sus padres de adopción en Tucson (Arizona) con 16 años, un Ford Galaxie y una frase muy bien ensayada –“se me dan bien los coches”— en busca de la tierra prometida: Los Ángeles. No habrá un especialista en conducción como él, que ha seguido asimilando las lecciones de los mejores. Pero las tentaciones y el aburrimiento son grandes: “¿Qué haces hoy, chico?” En el hampa también contratan a los mejores. Mientras, Drive, cobra y cierra los ojos: “Yo sólo conduzco”. Él también elige a los mejores. Hasta que le engañan. Entonces, demostrará que a tipos como él, precisos y perfeccionistas, mejor no tenerlos enfrente. O lo pagarás con tu muerte.
Sallis compone también una hábil disección de Hollywood, no sólo conduciéndonos por las películas en las que participa Drive –entre ellas, alguna de los hermanos Coen–, sino sobre todo a través de Manning, guionista y postrero narrador: “Yo iba a ser el próximo gran escritor americano. En mi mente, al menos, eso está claro. Publiqué cantidad de cuentos en revistas literarias. Entonces apareció mi primera novela y dio la razón a los retrógrados. El fracaso fue estrepitoso. La segunda ni siquiera gritó al precipitarse al abismo. ¿Y tú?”.
En cierto modo, Manning y Sallis quizás tienen mucho en común. Y un párrafo que encarna todo un credo: “Tal vez sea cierto que me desagrada sobremanera el estiércol del sistema político americano, las películas de Hollywood, las editoriales neoyorquinas, nuestros últimos seis presidentes, todas las películas rodadas en los últimos diez años excepto las de los hermanos Coen, los periódicos, las tertulias radiofónicas, los coches americanos, la industria musical, la publicidad de los medios de comunicación, las modas incesantes […], pero por muchas cosas en la vida siento un aprecio rayano en la devoción. Por esta botella de vino, sin ir más lejos. Por el clima de Los Ángeles. Por lo que estamos a punto de comer”.
 Y por la literatura, por supuesto. De Borges a Don Quijote… pero también Richard Stark, George Pelecanos, John Shannon, Gary Phillips, grandes del “hardboiled” actual norteamericano. Qué homenaje. Qué obra maestra.

James Sallis: Drive (RBA, Serie Negra), Barcelona, Noviembre de 2011, 156 páginas, 14 €

Trailer oficial de la película "Drive" en español.

Enlace con la web de James Sallis 

jueves, 22 de diciembre de 2011

Poemas para un pregón de Navidad



El pasado 30 de noviembre tuve el honor de dar el primer Pregón de Navidad de mi ciudad natal, Chiclana (Cádiz), invitado por la Delegación de Cultura del Ayuntamiento. Esta es la primera parte de las seis que compusieron el mismo. Al final, figura un enlace en donde podréis descargar el texto completo y, próximamente, se colgarán imágenes en YouTube. Que os guste tanto como a mí me resultó escribirlo y pregonarlo. Feliz Navidad.

Buenas noches,

Gracias al Ayuntamiento de Chiclana por darme la oportunidad de brindar la Navidad a la ciudad de Chiclana en esta Iglesia de San Telmo,

Y gracias a la Joven Orquesta de Flautas “Ciudad de Chiclana” por participar en este Pregón.

Bienvenidos,

El Adviento es tiempo para avivar la esperanza. La Navidad, de estupor y maravilla. Como afirma el sacerdote y poeta Juan Rubio, director de la revista Vida Nueva –gracias a la cual estoy hoy aquí–, “la Navidad es la aparición en el mundo del Misterio del Amor que transforma. Vuelve la Navidad y la presencia del Niño Dios, otra vez más, acerca los corazones.

En Adviento preparamos la Navidad: el Nacimiento de quien hace nacer un mundo nuevo. En este momento histórico, en el que la desesperanza y el sinsentido se han convertido en la gran amenaza para el hombre de hoy.

En Navidad, amigos, el Señor vendrá con su alforja rebosando paz... y volverá a renacer como hombre para recordarnos nuestra propia Humanidad. Porque la Navidad está dentro de nosotros.

Hasta las palabras más cálidas y bellas del diccionario –amor, fraternidad, paz, alegría, ternura, esperanza, misericordia– se nos quedan cortas a la hora de hacer la exégesis del misterio de la Navidad.

Aquí vamos a traer palabras, al fin y al cabo uno trabaja con ellas, con su presente y con su legado. Palabras que nos han llegado en poemas, contándonos la fiesta de la alegría, de la luz que vuelve a nacer.

Poemas para un pregón de Navidad.

Para Gerardo Diego, el gran poeta de la Navidad, Navidad y Poesía eran una misma palabra, un mismo significado en el maravilloso misterio de la Encarnación. Desde poemas que nacieron antes, mucho antes, en el paso del siglo XII al XIII, y cuyo primer testimonio es el Auto de los Reyes Magos.

“Todos los temas de la poesía simplemente humana –escribió Gerardo Diego– se reúnen y abrazan en el motivo de la Navidad. Maternidad, niñez, naturaleza y paisaje real e irreal, tierra y cielo, nieves, flores y estrellas… y allá, en el fondo, la Muerte y Resurrección”.



La Navidad era para Gerardo Diego su tiempo preferido. Vinculado a los recuerdos infantiles, a vivencias familiares, su recuerdo de la Navidad es intenso, feliz, alegre. Pero él describió como nadie que este es, también, un tiempo de angustia, de temor. El de esa Virgen Madre que se pregunta:

Cuando venga, ay, yo no sé
con qué le envolveré yo,
con qué.

Es la Madre de Dios quien simboliza también la ternura, la misericordia, del Niño Dios que quiere tanto al hombre, que se hace uno más. Representación de ese milagro de la Encarnación que San Juan de la Cruz describió como:

El llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría”.

María es la Virgen del Adviento, de la Navidad, de la Epifanía, de la huida a Egipto, Patrona y, en esta Iglesia de San Telmo, también Virgen de los Remedios. María Santísima de los Desconsuelos. María Santísima de las Lágrimas y Esperanza:

“Señora de la Esperanza,
porque diste a la luz la Vida”

que escribió un gran sacerdote y poeta, Pedro Casaldáliga. Y en Chiclana, y más en estos tiempos de refugio familiar, cabe preguntarse como lo hizo Luis Rosales:

—Señora Santa Ana,
¿qué dicen de vos?

—Que soy soberana
abuela de Dios.

En este tiempo de Adviento, ¿quién mejor que un poeta con ojos y corazón de mujer para acercarnos a la hondura de la vida como lo haría la misma María? Gabriela Mistral, la gran poetisa chilena escribió que la Navidad:

Es amor. Es esperanza. Es fe.
Es alegría.
Es principio de Redención.
Es una etapa de nuestra historia de Salvación.
Es encuentro con Cristo, Niño.
Es conversión y renovación.
Es paz interior.
Es vida nueva.
Es camino que se abre para el tiempo
y para la eternidad.
Es verdad que se alimenta del Amor.
Es vida que fructifica y madura,
sin dejar de nacer siempre.

La Navidad es música, es himno y es villancico, que es raíz medieval que aúna la glosa culta y la cancioncilla popular. Es, sobre todo, testimonio de la alegría ante la llegada del Mesías, que proclama José María Forteza:

Abrid las puertas, amigos,
abridlas para danzar
al son jovial de las flautas
que esbozan la Navidad.







Descargar texto completo de Scribd.


Algunos enlaces con artículos de Prensa Escrita: Revista Puente Chico, Diario de Cádiz...



Dossier | El libro electrónico en cifras: Casi un millón de e-readers y “tablets”



El Panel del Libro de la Consultora GFK estima que 2011 acabará con 460.000 “tabletas” y 447.000 e-readers en España.
El número de libros digitales inscritos en el ISBN alcanzan los 13.118 títulos entre enero y septiembre, más que en todo 2010. El aumento supera el 40 por ciento, mientras descienden las altas en papel casi un 10%. 
La industria del libro ya no tiene vuelta atrás. El libro electrónico, ahora parece que sí, tomará las riendas del sector. Aún le queda recorrido, pero parece que esta vez su desarrollo y despliegue es definitivo. Lo hace en el momento justo en el que Ikea, la plenipotenciaria multinacional del mueble low cost, reforma el diseño de su más popular librería, el modelo Billy, porque, argumenta la empresa sueca, “ya no se usa para libros, sino para objetos decorativos”. El anuncio, anecdótico o no, coincidió con la puesta en marcha en España de la megalibrería digital Amazon.es, aunque, hasta navidades, sin venta de ebooks.

Quien sí los vende ya es la iBookStore de Apple en España, al igual que los pequeños editores reunidos en torno a la plataforma virtual Librosonlibro.es. La irrupción del libro electrónico –que más o menos arrancó en España hace dos veranos con la creación de Libranda, la distribuidora digital de los grandes grupos editoriales, con Planeta, Santillana, Random House Mondadori– representa un cambio sustancial en los sistemas de creación, producción, diseño, distribución y comercialización propios del sector. Las estadísticas sobre lectura digital y consumo de dispositivos hablan de un cambio de tendencia que está obligando a los editores a tomar posiciones, de modo definitivo, respecto al nuevo fenómeno, incluido nuevas vetas de lectura en e-streaming.

En la Feria Internacional del Libro, celebrada en Madrid, y en Fráncfort la conclusión ha sido, precisamente, ésta: por fin, va a despegar. De momento, según los datos de la Agencia del ISBN, entre los meses de enero a septiembre, ya se han alcanzado 13.118 títulos, más que en todo el año 2010. Esto significa que, extrapolando los datos a todo 2011, la edición de libros digitales ha crecido un 40%. “Vamos avanzando –puntualiza Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE)–, yo diría que la oferta ha aumentado pero la demanda sigue sin funcionar. No crece, al menos, en la misma proporción. De hecho, me atrevería a decir que vendemos más libros en el mercado norteamericano, sobre todo universitario, que en el mercado español. ¿El problema? Sigo pensando que no hay suficientes e-readers en el mercado y que siguen siendo muy caros”.


Según las cifras del Panel de Libros de la Consultora GFK en España, “al terminar este año nuestros hogares dispondrán de casi un millón de dispositivos portátiles aptos para la lectura de libros”. Los datos que aporta David Pemán, director del Panel de Libros de GFK, incluyen los datos reales del primer y segundo trimestre de 2011, más la estimación de los resultados del tercer trimestre. La proyección de esas cifras, según GFK, valora que en España el año 2011 finalizará con 460.000 “tabletas” y 447.000 e-readers en el mercado español. La explosión arrancó en las pasadas navidades, hace justo un año, cuando las ventas de tabletas (sobre todo, el iPad) y e-readers crecieron un 200% respecto a 2009.

La tendencia creciente coincide con el informe Hábitos de Lectura y Compra de libros en España 2011, realizado por la consultora Conecta para la FGEE y correspondiente al primer semestre de 2011. Según sus datos, el 3% de los entrevistados dijo tener un e-reader, un incremento del 75 por ciento comparado con 2010, en el que la cifra apenas apuntaba un 1,7%. Después del primer trimestre de 2010, la estimación de la FGEE apuntaba a la existencia de 300.000 e-readers en España, “tablets” incluidas. “Concedamos que en lo que va de año se han vendido 200.000 más, estaríamos hablando, como mucho, de 500.000 dispositivos lectores. Pero un millón me parecen demasiados. No me lo creo”, responde Ávila. [...]

En el nº 259 de la revista DELIBROS (Diciembre 2011) Texto completo en la edición en papel. Pág. 13 a 18

LA NOVELA DE LA SEMANA | Eva Díaz Pérez: El sonámbulo de Verdún


Sigo con notable atención la obra de Eva Díaz Pérez (Sevilla, 1971), que se va abriendo un hueco en ese difícil arte de la novela de raíz histórica. Lo ha hecho ya desde épocas diversas: en Memoria de cenizas (Fundación Lara) narró la persecución inquisitorial del foco luterano en Sevilla a mediados del siglo XVI, mientras que en El club de la memoria, finalista del Nadal en 2008, ha tocado una  historia más contemporánea; en cierto modo, aún entramada con el presente como las Misiones Pedagógicas de la II República.

Ahora, sorprende con El sonámbulo de Verdún en homenaje a una Europa–la ‘Mitteleuropa’ de Claudio Magris– que representa todo lo que queríamos ser y hemos olvidado. Es la Europa de Praga y Viena en el final de la Gran Guerra, del fin del Imperio Austrohúngaro. Pero es la Europa de Libuše, un joven checo de hoy, que se pregunta por el destino de su ciudad, Praga, y de su familia. Todo ello se cuenta en lo que tarda una bala en salir de la trinchera alemana y llegar a la cabeza de un soldado francés.


Eva Díaz Pérez: El sonámbulo de Verdún (Destino), Madrid, Noviembre de 2011, 264 páginas, 17,50 €
En el nº 2.781 de Vida Nueva.

Copio a continuación una entrevista realizada por Daniel Ordóñez para la emisión en español de Radio Praga y que podéis escuchar en la web. Y que el mismo periodista ha trasncrito:

‘El Sonámbulo de Verdún’: la Europa del siglo XX contada desde Praga, Viena y las trincheras 
DANIEL ORDÓÑEZ | El siglo XIX no acabó hasta 1918. Las cenizas de los viejos imperios dieron paso a nuevos estados, pero el continente no ha dejado desde entonces de buscar su identidad en la que se mezclan un presente muy distinto a un pasado no tan distante de cambios, revoluciones, enfrentamientos y catástrofes.
A través de los ojos y de las historias de personajes que nada tuvieron que ver con las decisiones que marcaron el destino del continente, ‘El Sonámbulo de Verdún’, novela recién publicada de la escritora y periodista Eva Díaz Pérez, forma parte también de esa búsqueda dentro de un pasado trágico, pero no exento de romanticismo.
El ‘corazón’ de Europa no es solo su centro geográfico, o un eslogan turístico, sino donde de verdad se ha escrito desde siempre la historia del continente, dice Eva Díaz, y por eso es ahí donde ha situado su novela.
“El libro es un homenaje a Europa, y sobre todo al corazón de Europa, y se desarrolla sobre todo entre Viena y Praga, como ejemplo de la ‘Mitteleuropa’ de Claudio Magris, como si estuviera ahí justo en ese sitio la explicación de nuestra querida, amada y herida Europa, precisamente ahora que Europa está viviendo momentos desconcertantes, que camina sin rumbo y sin certeza. Esta novela es un homenaje a esa Europa, a todo lo que somos, y que en cierto modo parece que se ha olvidado”.
El tercer vértice geográfico de la novela es Verdún, como su propio título avanza. Sus páginas de hecho comienzan en una trinchera de la Primera Guerra Mundial en esa ciudad francesa que albergó una de las batallas más duras y decisivas del conflicto.
Verdún, 1916
Verdún , 1916
“Hay una escena, con la que arranca la novela el 12 de febrero de 1916, con una bala que sale de la trinchera alemana en los campos de Verdún. El tiempo que tarda en llegar hasta la cabeza de un soldado en la trinchera francesa, es el tiempo que dura la novela. Lo que pasa que la novela va hacia delante y hacia atrás, y en ese tiempo, con esas idas y venidas en el tiempo, se cuenta la historia de Europa en el siglo XX”.
Dos miradas a Europa
La mirada al devenir de Europa que es ‘El Sonámbulo de Verdún’, parte de los últimos días del Impero Austrohúngaro, y como los vivieron las ciudades de Viena y Praga.
Stefan Zweig
Stefan Zweig
“Son dos miradas a esa Europa. Por un lado está esa imagen de la Viena orgullosa de su pasado, con todos esos palacios de la monarquía habsbúrgica, el tema del vals y todas estas liturgias de gran imperio, y que tantos grandes escritores, como Stefan Zweig o Joseph Roth, han contado, los últimos días de la decadencia del gran imperio. Pero después estaba la mirada de Praga, que me interesaba muchísimo. Es una mirada más rebelde, traviesa, insumisa. Claro, el Reino de Bohemia había estado oprimido durante largo tiempo por el Imperio Austrohúngaro, y al leer a tantos escritores checos, esa mirada también estaba. La mirada de los que se ríen un poco de todo ese gran imperio, de esa gloria, de ese pasado de siglos y de todo tan pomposo. La mirada eslava era otra”.
La novela de Hasek
Esa memoria checa gamberra de la Primera Guerra Mundial pasa en primer lugar por ‘Las Aventuras del Buen Soldado Švejk’ de Jaroslav Hašek, dice Eva Díaz, y también está en los relatos de Bohumil Hrabal. Por otro lado, las memorias de Jaroslav Seifert, ‘Toda la Belleza del Mundo’, dibujaron en la cabeza de la autora la Praga de otra época en la que se basa su novela.
Cuatro protagonistas

‘El Sonámbulo de Verdún’ tiene cuatro protagonistas a quienes unen hilos invisibles. Ellos no coincidirán nunca, pertenecen a lugares o tiempos distintos, pero el lector sabe qué los relaciona. Uno de ellos es Jaroslav Smoljak, un soldado checo que va a la Gran Guerra como parte del Ejército Austrohúngaro. Una vez en el frente, al igual que hicieron decenas de miles de checos, Smoljak deserta y pasa a engrosar las filas enemigas para así combatir al vetusto imperio y luchar por la libertad de su nación.
Por otro lado está Libuše, una chica de la Praga de hoy día, cuenta Eva Díaz Pérez.
Praga
Praga
 “Libuše es un personaje de hoy, una adolescente con una mirada curiosa sobre su ciudad, de la que está totalmente enamorada, pero que también se da cuenta de que ahora es una postal turística, querida por los visitantes, pero en la que si rascas un poco hay también toda una historia de horror, de opresión… igual que debajo de las alfombras de muchos lugares hermosos”.
Reinhard Heydrich
Reinhard Heydrich
El lector descubre a la vez que Libuše la historia de la ciudad y de Europa a través de las vivencias de sus propios familiares en varios momentos clave, continúa explicando la autora.
“Cuenta la historia de su familia. Habla por ejemplo de su abuelo, que estuvo en la Guerra Civil española en las Brigadas Internacionales y luego vuelve a Checoslovaquia. Durante el comunismo sufre un proceso, represión… con este personaje podía contar todo lo que había pasado en Praga después de la ilusión del nacimiento de la nación cuando acabó la Gran Guerra. También hablo de partes de la Segunda Guerra Mundial, de la ‘Heydrichiáda’, cuando mataron en Praga a Reinhard Heydrich, hablo de Hitler, o de la dictadura comunista.”
Viena
Viena
Los otros dos protagonistas son vieneses. Uno es Klaus Werger, otro soldado de la Primera Guerra Mundial, pero austriaco, que hace crónicas de batallas. Es otro punto de vista sobre Verdún, al que se suma el del cuarto personaje principal, que visita el lugar en la actualidad.
El espectáculo del horror
En ‘El Sonámbulo de Verdún’, su autora ha querido además ser novedosa desde el punto de vista narrativo, explica.
“La contemplación del pasado donde hubo tanto horror desde el presente lo vemos a través de otro personaje, un austriaco que es Fritz, un artista que había pertenecido al movimiento del accionismo vienés, y que en la actualidad está preparando una obra artística de reflexión de memoria sobre la Gran Guerra. Él mismo va reflexionando a lo largo de la historia sobre cómo todo se va convirtiendo en un espectáculo del horror. Reflexiona sobre la batalla, sobre las guerras y su significado. Al mismo tiempo son reflexiones que él tiene sobre su propia vida y que tienen relación, por determinados azares, con otros personajes de la novela”.
“El narrador que cuenta la historia, un narrador omnisciente, interpela al lector constantemente, porque la novela intenta aportar algo nuevo dentro de la novela histórica, un género que creo que está bastante trasnochado, anquilosado… narrativamente es ciertamente ingenuo. Entonces yo quería darle una vuelta de tuerca e introducir una voz contemporánea pero dentro de una historia sobre el pasado, en una novela de época. Este narrador interpela al lector, le muestra las trampas narrativas que existe en este tipo de género, lo parodia, se ríe, es irónico con él y cuenta las cosas con escepticismo”.
La fascinación de Eva Díaz Pérez por Europa Central no terminará con ‘El Sonámbulo de Verdún’. La historia que ahora tiene en la cabeza para su próximo proyecto, avanza la autora, transcurre entre Venecia y Trieste, el enclave, hoy italiano, que sirve de puerta entre oriente y occidente en Europa, que se sitúa entre el mundo latino, germánico, eslavo, balcánico y mediterráneo.

María, en el altar del arte

'Santa Ana enseñando a leer a la Virgen María', de Murillo
Alicia Pérez Tripiana y Mª Ángeles Sobrino publican “María en el Museo del Prado”, un recorrido por 37 obras maestras de la pinacoteca madrileña que permiten descubrir la “representación simbólica e iconográfica” de la Virgen en la historia del arte.

España, tierra de María. La fe en torno a la Virgen encuentra múltiples testimonios en la historia, el folclore o la religión popular. Uno de los más sorprendentes nos lo descubren Alicia Pérez Tripiana y Mª Ángeles Sobrino López en María en el Museo del Prado (PPC): “Nuestra intención es contribuir, mediante una selección de obras maestras de asunto mariano del Museo del Prado, a mejorar el conocimiento de la evolución de la imagen de María en el desarrollo de la historia del arte”.
Las autoras, que ya dieron muestras de su sensibilidad con Jesús en el Museo del Prado (PPC) –obra de cuyo éxito nace esta–, trazan ahora “una relación casi secuencial realmente espléndida de los aspectos humanos, sagrados y devocionales de la figura de la Virgen María”. Treinta y siete obras maestras del Prado cuyo tema es María, vista por Murillo, El Greco, Velázquez, Zurbarán, C. Coello, El Bosco o Rubens, entre otros grandes pintores.
Portada del libro de PPC
O, como dicen las autoras: “Según los diferentes estilos artísticos, la variedad de tratamientos iconográficos y la pluralidad de focos artísticos, al tiempo que podemos contemplar su figura como Madre de Dios, Reina de los cielos, Protectora de todos los hombres e Inmaculada Concepción”.
Este recorrido iconográfico, aun ciñéndose a la colección de la pinacoteca madrileña, muestra indudablemente la concepción de la Virgen María en la pintura española, italiana y flamenca, especialmente, entre los siglos XV-XVII. Entre otras razones, porque la riqueza del Prado en pintura religiosa nace no solo de la fe católica de la monarquía española, sino de la propia devoción mariana de órdenes religiosas contenida en conventos e iglesias.
“Además de las espléndidas colecciones reales, el Prado –explican las autoras– posee un segundo gran conjunto de obras procedentes del Museo de la Trinidad, nacido de la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX. Este museo se formó con las obras de arte de los conventos suprimidos de Madrid y algunas provincias limítrofes, provocando que la mayor parte de las obras que llegaron a él fueran de temática religiosa”.
Oficialmente abierto en 1838, fue clausurado en 1872 y su colección pasó al Prado. Con ello se explica, principalmente, el gran tesoro mariano –y de arte sacro en general– que acoge este museo. Y que las autoras, entre otras razones, se basten de esta pinacoteca para mostrar una secuencia completa de la “representación simbólica e iconográfica” de la Virgen.
La nueva Eva
La primera parte –y la más amplia– del libro está dedicada a la “biografía” de la Virgen, es decir a: “María como mujer, nueva Eva, sede de la sabiduría y reina de los santos”. Una visión totalizadora que se nutre de los evangelios, pero que en la recreación pictórica se apoya en los textos apócrifos, “especialmente los de la Natividad, destacando entre ellos el Protoevangelio de Santiago, el Evangelio del Pseudo-Mateo y extractos delLiber de infantia Salvatoris, entre otros”, apuntan Pérez Tripiana y Sobrino.'Santa Ana enseñando a leer a la Virgen María', Murillo
Es el caso de la mayor parte de las obras seleccionadas en este capítulo, desde El abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada (s. XVI), de A. Benson, en el que el pintor trata de presentar el encuentro de los esposos como el origen del proyecto divino del misterio de la Salvación. O de El nacimiento de la Virgen (1560-1569), de Luis de Morales, en donde El Divino muestra a santa Ana embarazada.
'La adoración de los pastores', A. R. Mengs
Porque Pérez Tripiana y Sobrino López no se limitan a mostrar la obra y contarnos su historia, sino que, en un notable esfuerzo académico, catequético y didáctico, citan el texto evangélico del que se nutre, e incluyen una completa ficha técnica que relata la técnica artística, el análisis formal de la composición, los personajes, el movimiento, la luz y los colores, además del tema, la iconografía y la intención del autor, e incluso su biografía y un apunte sobre algún aspecto interesante de él o de su obra. Un completo análisis de cada obra y su circunstancia.
En este primer contexto mariano, María en el Museo del Pradodescubre obras maestras no muy conocidas por el gran público, como Santa Ana enseñando a leer a la Virgen María (1650), deMurilloLa presentación de la Virgen en el Templo (s. XVII), deJuan de Sevilla –discípulo de Alonso Cano–; y Los desponsorios de la Virgen (1420), del flamenco R. Campin.
A partir de aquí, siguiendo la cronología vital de María, su biografía ya se funde con la de Jesús y los evangelios. Desde la famosa Anunciación (1596-1600), de El Greco, a La visitación (1500), del Maestro de PereaEl nacimiento (1597), de F. BarocciLa adoración de los pastores (1771-1772), de A. R. Mengs, o el maravillosoTríptico de la Adoración de los Reyes Magos (1510), de El Bosco, artista que perteneció a la Cofradía de Nuestra Señora y que concibió una obra de aparente sencillez pero que encierra una gran complejidad iconográfica que nos descubren las autoras. [...]




En el nº 2.781 de Vida NuevaArtículo íntegro para suscriptores