jueves, 22 de diciembre de 2011

Poemas para un pregón de Navidad



El pasado 30 de noviembre tuve el honor de dar el primer Pregón de Navidad de mi ciudad natal, Chiclana (Cádiz), invitado por la Delegación de Cultura del Ayuntamiento. Esta es la primera parte de las seis que compusieron el mismo. Al final, figura un enlace en donde podréis descargar el texto completo y, próximamente, se colgarán imágenes en YouTube. Que os guste tanto como a mí me resultó escribirlo y pregonarlo. Feliz Navidad.

Buenas noches,

Gracias al Ayuntamiento de Chiclana por darme la oportunidad de brindar la Navidad a la ciudad de Chiclana en esta Iglesia de San Telmo,

Y gracias a la Joven Orquesta de Flautas “Ciudad de Chiclana” por participar en este Pregón.

Bienvenidos,

El Adviento es tiempo para avivar la esperanza. La Navidad, de estupor y maravilla. Como afirma el sacerdote y poeta Juan Rubio, director de la revista Vida Nueva –gracias a la cual estoy hoy aquí–, “la Navidad es la aparición en el mundo del Misterio del Amor que transforma. Vuelve la Navidad y la presencia del Niño Dios, otra vez más, acerca los corazones.

En Adviento preparamos la Navidad: el Nacimiento de quien hace nacer un mundo nuevo. En este momento histórico, en el que la desesperanza y el sinsentido se han convertido en la gran amenaza para el hombre de hoy.

En Navidad, amigos, el Señor vendrá con su alforja rebosando paz... y volverá a renacer como hombre para recordarnos nuestra propia Humanidad. Porque la Navidad está dentro de nosotros.

Hasta las palabras más cálidas y bellas del diccionario –amor, fraternidad, paz, alegría, ternura, esperanza, misericordia– se nos quedan cortas a la hora de hacer la exégesis del misterio de la Navidad.

Aquí vamos a traer palabras, al fin y al cabo uno trabaja con ellas, con su presente y con su legado. Palabras que nos han llegado en poemas, contándonos la fiesta de la alegría, de la luz que vuelve a nacer.

Poemas para un pregón de Navidad.

Para Gerardo Diego, el gran poeta de la Navidad, Navidad y Poesía eran una misma palabra, un mismo significado en el maravilloso misterio de la Encarnación. Desde poemas que nacieron antes, mucho antes, en el paso del siglo XII al XIII, y cuyo primer testimonio es el Auto de los Reyes Magos.

“Todos los temas de la poesía simplemente humana –escribió Gerardo Diego– se reúnen y abrazan en el motivo de la Navidad. Maternidad, niñez, naturaleza y paisaje real e irreal, tierra y cielo, nieves, flores y estrellas… y allá, en el fondo, la Muerte y Resurrección”.



La Navidad era para Gerardo Diego su tiempo preferido. Vinculado a los recuerdos infantiles, a vivencias familiares, su recuerdo de la Navidad es intenso, feliz, alegre. Pero él describió como nadie que este es, también, un tiempo de angustia, de temor. El de esa Virgen Madre que se pregunta:

Cuando venga, ay, yo no sé
con qué le envolveré yo,
con qué.

Es la Madre de Dios quien simboliza también la ternura, la misericordia, del Niño Dios que quiere tanto al hombre, que se hace uno más. Representación de ese milagro de la Encarnación que San Juan de la Cruz describió como:

El llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría”.

María es la Virgen del Adviento, de la Navidad, de la Epifanía, de la huida a Egipto, Patrona y, en esta Iglesia de San Telmo, también Virgen de los Remedios. María Santísima de los Desconsuelos. María Santísima de las Lágrimas y Esperanza:

“Señora de la Esperanza,
porque diste a la luz la Vida”

que escribió un gran sacerdote y poeta, Pedro Casaldáliga. Y en Chiclana, y más en estos tiempos de refugio familiar, cabe preguntarse como lo hizo Luis Rosales:

—Señora Santa Ana,
¿qué dicen de vos?

—Que soy soberana
abuela de Dios.

En este tiempo de Adviento, ¿quién mejor que un poeta con ojos y corazón de mujer para acercarnos a la hondura de la vida como lo haría la misma María? Gabriela Mistral, la gran poetisa chilena escribió que la Navidad:

Es amor. Es esperanza. Es fe.
Es alegría.
Es principio de Redención.
Es una etapa de nuestra historia de Salvación.
Es encuentro con Cristo, Niño.
Es conversión y renovación.
Es paz interior.
Es vida nueva.
Es camino que se abre para el tiempo
y para la eternidad.
Es verdad que se alimenta del Amor.
Es vida que fructifica y madura,
sin dejar de nacer siempre.

La Navidad es música, es himno y es villancico, que es raíz medieval que aúna la glosa culta y la cancioncilla popular. Es, sobre todo, testimonio de la alegría ante la llegada del Mesías, que proclama José María Forteza:

Abrid las puertas, amigos,
abridlas para danzar
al son jovial de las flautas
que esbozan la Navidad.







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Algunos enlaces con artículos de Prensa Escrita: Revista Puente Chico, Diario de Cádiz...