JUAN CARLOS RODRÍGUEZ
Ajustándose al formato clásico del “diario” en la estructura, pero dándole un notable giro en el contenido, Daniel Pennac (Casablanca, 1944) ha creado una novela renovadora, dura a en muchos casos, en la que el narrador, un intelectual «taciturno, irónico, tieso como una escoba, aureolado por una reputación internacional de viejo sabio», aspira a decirlo todo sobre su propio cuerpo.
Esta es la gran cualidad de la novela de Pennac: el protagonista es un cuerpo humano como nunca ha sido narrado en la literatura. Porque el narrador crea este “diario físico” a partir de un trauma a los doce años y lo mantiene hasta los 87, es decir, entre 1936 y 2010 –el año de su muerte– por lo que es también el reflejo de un siglo. Aunque todo lo que podemos saber del mundo exterior entorno al narrador o incluso de su pensamiento íntimo se nos ofrece vinculado a reacciones y alteraciones de su propio cuerpo.
Y todo lo que suscita: porque Pennac no se detiene ante ninguna manifestación de ese cuerpo en transformación con el paso del tiempo: el pudor, la impotencia, la enfermedad, la angustia, la hipocondría, el dolor…
Daniel Pennac: Diario de un cuerpo, Mondadori, Junio de 2012, 336 páginas. PVP: 21,90 € (Tapa dura) y 13,99 € (E-book).
En el nº 2.805 de Vida Nueva.
En el nº 2.805 de Vida Nueva.