Habíamos leído de Simonetta Agnello Hornby (Palermo, 1945) su estupenda trilogía siciliana –La Mennulara, La tía marquesa y Boca sellada– y había bastado para condecorarla como una de las grandes escritoras italianas del momento. Lo es. Indudablemente.
Aunque se ha pasado gran parte de su vida en Londres –en donde hizo carrera como abogada, llegando a presidir el Tribunal Especial de Menores–, nadie como ella para captar el alma siciliana, acaso el gran Andrea Camilleri.
Claro que a Agnello Hornby, como le ocurría a Sciascia y aún perdura en el Camilleri no policíaco, esa esencia siciliana está en el pasado, en la mirada histórica. Insiste, por tanto, en La monja y el capitán en la narración de la decadencia de la nobleza siciliana en el siglo XIX, pero centrándola, como le gusta, en mujeres fuertes, rebeldes y luchadoras.
Es el caso de Ágata, sexta hija de un mariscal arruinado en el corazón del Reino de las Dos Sicilias, obligada a tomar los hábitos en el monasterio de San Giorgio Stilita. Y que, ya sea con la fe religiosa o con el amor, combatirá por imponerse a la autoridad y la convención.
Simonetta Agnello Hornby: La monja y el capitán, Tusquets Editores, Barcelona, Abril 2012, 400 páginas. PVP: 20,00 € (Rústica) y 10,00 € (E-book)
En el nº 2.804 de Vida Nueva.