Hace tiempo que la literatura, ya sea juvenil o infantil, alcanza
en España una notable calidad y originalidad que no pasa desapercibida. Tiene, por
tanto, un latente respaldo por el lector. Son los géneros –especialmente el
infantil– que están sosteniendo, por lo demás, la industria editorial en
tiempos de transición hacia lo digital. El cambio de paradigma no sólo afecta a
las ventas o al relevo del papel por la pantalla electrónica, también a los
modos y maneras de leer, comprender y formarse de los más jóvenes.
Inmersos en
este escenario de transformación, es justo reconocer la persistencia de premios
como El Barco de Vapor y Gran Angular, convocados por la Fundación SM, en seguir
enriqueciendo la oferta literaria dirigida a niños y adolescentes,
contribuyendo con su notable inversión económica –son los de mayor dotación en todo el mundo para el
género infantil y juvenil, con 50.000 euros cada uno– a la dedicación de los autores.
Y un año más, porque ya alcanzan
los 34. Desde los tiempos, ciertamente ya lejanos, de aquel Fray Perico y su borrico (1979), del
inolvidable Juan Muñoz, el premio y la colección Barco de Vapor es sinónimo de
calidad y compromiso, que ha sabido asumir también Gran Angular. Ahora, como
los nuevos tiempos exigen, en versión papel y, por supuesto, digital.
Jesús Díez de Palma (Madrid, 1962), el ganador de este año del Premio
Gran Angular con la novela El festín de
la muerte, es un sólido ejemplo de la aportación del galardón a la
literatura juvenil española contemporánea. La novela dirigida a adolescentes
hace tiempo que ha abandonado el espejismo, para hablar con franqueza de
quiénes somos y a qué mundo nos enfrentamos. La guerra está ahí, nunca
desafortunadamente lo ha dejado de estar: en los telediarios, en la literatura,
en la historia.
El profesor Díez de Palma ha sabido, sin embargo, aportar una
voz conmovedora y ecuánime en un tema que nunca pasa de moda porque, como él
mismo afirma, “siempre hay guerras y horror”, aunque siempre es difícil de
explicar a los más jóvenes esa violencia, ese horror, ese “festín de la
muerte”. La novela de Díez de Palma lo logra poniendo énfasis en el desastre de
la guerra, en el dolor que causan todas las guerras, las que son y han sido.
Porque siempre están protagonizadas por víctimas, porque en las guerras todos
son víctimas.
Ilustración de El secreto del huevo azul (SM) |
[...] Esa “verdad”
que arguye Díez de Palma es, curiosamente, el objeto central de la otra obra ganadora, El
secreto del huevo azul, con la cual Catalina González Vilar (Alicante, 1976) ha obtenido el Premio de
Literatura Infantil El Barco de Vapor. Dirigida a un lector entre 8 y 10 años, la
obra de González Vilar, ilustrada magníficamente por Tomás Hijo, convierte
decir la verdad –especialmente aquellas que “necesitan más valor para decirse”–
en “una novela de aventuras que
participa del mundo fantástico de los cuentos de hadas, con príncipes,
princesas, bestias y mundos extraordinarios”, según explica González Vilar. Libros así, con ese nutriente de valores que defiende: evitar las
mentiras, desconfiar en los rumores, no recurrir a exageraciones… se convierten
en preciosas herramientas educativas.
Sobre todo, cuando González Vilar ha sabido
escoger el mundo onírico de los cuentos de hadas medievales con sus príncipes,
sus magos y sus castillos para transformarlo en un hermoso y alegre cuento
sobre el valor de la verdad. [...]
Jesús Díez de Palma: El festín de la muerte, Ediciones SM, Madrid, marzo de 2012, 400 páginas. 15,50 € (Cartoné) y 6,49 € (Epub).
Catalina González Vilar: El secreto del huevo azul, Ediciones SM, Madrid, Marzo de 2012, Ilustraciones de Tomás Hijo (Premio El Barco de Vapor), 160 páginas. 15,50 € (Cartoné), 7,75 € (Rústica) y 5,49 € (Epub).